Transcurridos este abril 26 años de
incumplimientos por la ONU sobre un referendo para el Sahara Occidental, ese
camino hacia la autodeterminación de su pueblo y la expulsión del ocupante
marroquí escaló ahora algunos peldaños en el organismo internacional.
Nación que mantiene una fe inquebrantable
en su destino independiente, las promesas en 1991 del organismo mundial y
posteriores resoluciones sobre esa consulta perdieron un tanto de apariencia de
espejismo en el desierto y se aproximaron al horizonte visible.
El tratamiento a fines de abril del tema en
el Consejo de Seguridad (CS) constituyó uno de los momentos históricos más
cercanos a esa consulta desde la presentación del informe del secretario
general, Ban Ki-moon, sobre una gira por la región en la que comenzó por
subrayar la ocupación de la región por Rabat.
Pero el colofón de esa tendencia fue una
resolución de esa máxima instancia el 29 de abril, que demandó reintegrar su
pleno funcionamiento a la Misión para el Referendo del Sahara Occidental
(Minurso), cuyas funciones fueron limitadas con la expulsión por Rabat de su
personal civil dentro de una escalada anti-referendo.
El documento suscrito por el CS concedió un
plazo de 90 días para que el secretario general, Ban Ki-moon, informe si ese
mecanismo, del cual Marruecos retiró a 73 de sus 101 empleados, recobra el
propósito para el que fue creado en 1991 por la ONU.
La resolución 2285 del órgano de 15
miembros, que fue presentada por Estados Unidos y aprobada por 10 votos a
favor, dos en contra (Venezuela y Uruguay), y tres abstenciones (Rusia, Angola
y Nueva Zelanda), prorrogó además el mandato de la Minurso hasta el 30 de abril
de 2017.
El documento, que emplea el mismo lenguaje
de anteriores textos y resoluciones, llama al compromiso de las partes y a que
estas "sigan dando muestras de voluntad política y trabajen en una
atmósfera propicia para el diálogo, a fin de iniciar una fase más intensiva y
sustantiva de las negociaciones".
Esos debates en el máximo organismo mundial
constataron también avances en el propio contenido del informe presentado por
el líder de la organización sobre su recorrido por la región, este último
bastante incompleto por la resistencia de Rabat a que Ban visitara dichos
territorios.
EL PESO DE LA DIPLOMACIA SAHARAUI
Pero el terreno ganado ahora en esa
dirección no fue obra de la suerte: la vigente estrategia diplomática saharaui,
su disposición a una respuesta militar y cierto renacer de la sensibilidad
mundial sobre el tema aceleraron esa aproximación al añorado referendo
prometido (e incumplido) por la ONU.
En declaraciones coincidentes con el 40
aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharauí Democrática
(RASD) el 26 de febrero pasado, sus dirigentes precisaron que retornarían a la
lucha armada si Marruecos aumentaba su presente escalada anti-referendo con el
incumplimiento de anteriores acuerdos.
El escenario internacional, por su parte,
sintió el peso de la diplomacia saharaui en gestiones negociadoras como el
lobby con colegas y legisladores de otros Estados, entre ellos congresistas
estadounidenses, que mediaron, a su vez, con altos cargos de la ONU, según
fuentes saharauies.
Pero, tras 26 años de promesas del
organismo mundial y numerosas resoluciones del ente mundial convocando al referendo,
fue este tratamiento del tema en el CS el principal punto de giro hacia esa
consulta.
La propia proyección del informe ante esa
instancia por el secretario general de la ONU, favorable a los intereses
saharauies, elevó exponencialmente las posibilidades de éxito de El Aiun
respecto a una decisión conducente de algún modo al referendo.
De hecho, el documento presentado al CS por
el líder mundial ratificó el estatus de ocupación por Marruecos, y develó una
actitud crítica a su posición anti-referendo, intensificada esta última después
de la visita de Ban.
GRAVES CONSECUENCIAS DE SOCAVAR LA MINURSO
Medios saharauies destacaron el informe de
Ban, en especial sus advertencias sobre "las graves consecuencias que
pueden derivarse de socavar la tarea de la Misión de la ONU para el Referendo
en el Sahara Occidental (Minurso)".
El documento, que resume el viaje a la zona
el 6 y el 7 de marzo pasado, alude a los obstáculos interpuestos por el
gobierno marroquí a la celebración de esa consulta pública y cuestiona, en
general, la falta de avances significativos para la solución del contencioso.
Ban garantizó en su alocución que la
Minurso mantiene íntegras sus facultades de mandato para organizar la votación
popular, supervisar el alto al fuego logrado en 1991 y preservar la situación
militar en la zona.
Según el secretario general, ese mecanismo
de la ONU conserva también responsabilidades para informar al CS, a la
Secretaría General y a su enviado personal sobre acontecimientos que inciden en
el asunto, incluido el seguimiento de la situación política.
La Minurso, según el líder, sería incapaz de
cumplir con los elementos básicos de su misión sin su componente civil.
El titular instó a las partes a
comprometerse seriamente y sin condiciones previas con el proceso negociador
para la búsqueda de una solución política mutuamente aceptable.
Por su parte, en declaraciones después del
informe de Ban, el Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro
(Frente Polisario) admitió "tomar nota" del documento y llamó al CS a
asumir sus responsabilidades ante los obstáculos de Marruecos.
Esa organización armada y política demandó
la restauración de la Minurso y recordó que esta fue creada por la resolución
690 del 29 de abril de 1991, de acuerdo con el plan bilateral del 30 de agosto
de 1988, lo que significa que "después de 25 años el pueblo saharaui aún
está a la espera de ejercer su derecho".
El movimiento saharaui reiteró su
disposición de entablar negociaciones con Rabat "sin condiciones previas y
tan pronto sea posible, de conformidad con la declaración del 4 de noviembre de
2015 del Secretario General de la ONU y de acuerdo con las resoluciones del
CS".
Los dirigentes de El Aiun opinaron que el
CS se abstiene de ofrecer a Ban un apoyo más explícito y formal frente a la
postura intransigente de Rabat, sobre lo cual responsabilizan a Francia, expotencia
ocupante en la región, tradicional aliado de Rabat y uno de los mayores
opositores del referendo.
¿CÓMO SURGE LA IDEA DEL REFERENDO?
Según el periodista y estudioso Alberto
Sicilia, la mitad del pueblo saharaui vive en campos de refugiados construidos
en el desierto y la otra en su territorio original bajo la ocupación marroquí,
por lo que la ONU considera este como el mayor territorio del planeta todavía
por descolonizar.
La población del Sahara Occidental (antes
Río de Oro, al sur, y Saguía el Hamra -en árabe acequia roja- al norte),
colonia española de 1884 a 1975, y a partir de ese año, marroquí, comenzó en
1970 a rebelarse como parte de la ola descolonizadora que estremeció entonces
la región.
La idea del referendo fue propuesta
inicialmente por España en 1974, pero Madrid traicionó a los saharauis y el 14
de noviembre de 1975 firmó con Marruecos y Mauritania un acuerdo tripartito
para retirarse de la zona y repartir el territorio entre ambos países vecinos.
Poco después, las tropas españolas
comenzaron a retirarse, mientras los ejércitos de esos dos Estados fueron a la
conquista del Sahara Occidental, contra de la decisión de sus habitantes, que
también sufren bombardeos marroquíes, a veces con napalm y fósforo blanco.
Decenas de miles de pobladores del desierto
se trasladaron entonces hacia los campos de refugiados de Argelia donde
permanecen 40 años después, en tanto en 1975 el F. Polisario emprende una
guerra de guerrillas contra Rabat, este último con apoyo de Francia y Estados
Unidos.
Mauritania aceptó en 1979 su derrota ante
ese movimiento guerrillero y reconoció la soberanía del pueblo del Sahara
Occidental.
Sin embargo, Rabat mantuvo el control del
80 por ciento de los territorios, comprendidos los depósitos de fosfatos, ricos
caladeros para la pesca y la casi totalidad de las zonas pobladas, mientras el
restante 20 por ciento es un terreno inhóspito en manos saharauies.
Marruecos construyó además un muro como
barrera de dos mil 200 kilómetros para separar ambos territorios, rodeado por
uno de los campos de minas más grandes del mundo.
El plan de paz firmado en 1991 por ambas
partes establece la creación de un censo para que los saharauis puedan elegir
votar en el controvertido referendo o por su independencia o por la integración
a Marruecos.
La ONU debía realizar esa consulta pocas
semanas después del acuerdo de paz de 1991, pero continuas trabas de Rabat
demoraron su materialización y, cuando el organismo mundial intentó hacerlo en
2000, Marruecos se negó a aceptarlo y continuó con esa renuencia hasta la
actualidad.
*Periodista de la Redacción África y Medio
Oriente de Prensa Latina.
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