“Nadie escapa en el Sahara a la represión de Marruecos”
Baseid Salek y Ahmed Sbai Presidente y Secretario General del Comité de Defensa de los presos políticos saharauis
“Fue una frustración que Francia impidiera que la Minurso pueda controlar a Marruecos en cuanto a los derechos humanos”
“Fuimos detenidos ilegalmente, desaparecidos por varios meses y, en esa etapa torturados y humillados”.
“Esta entrevista acarreará consecuencias en el Sahara para nosotros y nuestras familias”.
Ambos activistas y militantes por la independencia del Sahara Occidental encaran en esta etapa la labor de divulgar lo que califican de “brutal represión del gobierno de Marruecos, tanto sobre los ciudadanos saharauis en general como sobre los presos políticos en particular” situación que ellos mismos debieron padecer.
La Opinión. Santa Cruz de Tenerife. 30 de junio de 2009
Baseid Salek y Ahmed Sbai Presidente y Secretario General, respectivamente, del Comité de Defensa de los presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes.
Antes de llegar a ocupar esos cargos han sufrido, en carne propia, lo que denuncian como una “permanente y sanguinaria represión del gobierno de Marruecos sobre la población saharaui en general y los presos políticos detenidos en sus cárceles”, que en el caso de ambos se tradujo en “reiteradas detenciones y condenas de hasta veinte años de prisión”.
Las detenciones, relatan, “fueron realizadas de modo brutal, sin orden judicial alguna y por un largo periodo estuvimos en condición de desaparecidos, tal como en este momento se encuentran un número indeterminado de ciudadanos del Sahara Occidental – ya que oficialmente sólo se conoce que hay 90 desde 2005 -, por el simple hecho, al igual que nosotros, de haber realizado manifestaciones a favor de la independencia de nuestro territorio”, explica Baseid Salek, que agrega que se estima en 500 el número de desaparecidos y un número indeterminado de presos comunes, que más allá de la condena que les corresponda por delinquir, son sometidos a condiciones de vida aberrantes.
Ambos agregan que tras ser detenidos fueron sometidos a largas sesiones de tortura, vendados por largos periodos, privados de sueño, comida, “apaleados y aislados de nuestras familias hasta que nos trasladaron una vez que dejamos de ser desaparecidos”, dice Baseid, que explica que tras ese periodo de “desaparición”, fueron finalmente puestos a disposición de un juez, las acusaciones en su contra consistieron en cargos por poner en peligro la seguridad del estado marroquí, dañar la propiedad del estado marroquí o bien integrar organizaciones con fines subversivos.
Así, con sus sentencias bajo el brazo, conocerían casi todas las cárceles marroquíes destacándose, entre ellas, la tenebrosa Cárcel Negra de El Aaiun, e inclusive una prisión militar donde, dice Baseid “experimenté en carne propia la violencia a manos de los militares marroquíes”.
Pero, cuentan ambos activistas y ex prisioneros políticos, la represión y la persecución no se ensaña sólo con ellos “nuestras familias las sufren también”.
Si hay alguien en la familia que es el principal proveedor de ingresos, es despedido de su empleo y plantan un coche de la policía en observación permanente de la casa de la familia del detenido”. “Al mismo tiempo comienzan a presionar a la familia para que ese detenido deje de integrar asociaciones que reivindican los derechos del pueblo saharaui”, comenta Ahmed.
A la pregunta de la utilidad que representa la labor de los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, Bazeid Salek y Ahmed Sbai coinciden en que se sienten relativamente protegidos, e inclusive consideran que ha contribuido en un mejor trato judicial de Marruecos, el hecho de que en los juicios estuvieran presentes observadores y abogados, o bien reclamando por aquellos presos que se declaran en huelga de hambre, pues, en estos casos Rabat reacciona favorablemente, por lo que reclaman una continuidad de esa labor pues es, a su entender, “el único modo de contener la feroz represión marroquí sobre los presos políticos en particular y la población saharaui en general”.
A su vez ambos lamentan que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no autorizara recientemente, a través de una resolución, que la Minurso pudiera controlar el cumplimiento del respeto de los derechos humanos por parte de Marruecos. “Ha sido una evidente frustración que, por causa de la posición de países importantes, en este caso concreto Francia, se impidiera tal resolución, más aún cuando este país se ha caracterizado siempre por ser un adalid de la defensa de los derechos humanos en todo el mundo”.
“Nos parece aberrante, pero lógico, que un país dictatorial como Marruecos, que ocupa militarmente un territorio soberano, sea capaz de violar los derechos humanos. Lo que nos parece lamentable es que no se permita a la ONU tener el poder suficiente para evitar que uno de sus países miembros, que Marruecos lo es, pueda cometer impunemente esas aberraciones que buscan inclusive el exterminio del pueblo saharaui”, agrega Ahmed.
Sobre las consecuencias que acarreará la difusión de esta entrevista sobre ellos – que regresarán al Sahara en breve – como para sus familias, Ahmed Sbai explica que es “el coste que se debe pagar por las convicciones”. “Esto es parte de una estrategia. Esto es una convicción. Tenemos un objetivo que va más allá de los costes personales: la independencia del Sahara Occidental y la felicidad del pueblo saharaui, y por tanto debemos asumir que traerá sus consecuencias inevitables”.
“El apoyo de Canarias da fuerzas”
Ahmed Sbai recuerda que “desde que tuve uso de razón supe del apoyo del pueblo canario y, cuando luché desde la clandestinidad por la independencia del Sahara Occidental, también tuve conocimiento de las constantes manifestaciones en apoyo a la causa saharaui por parte de los canarios. Quiero que sepan que les agradecemos esta solidaridad”. “Quiero que sepan que nos da fuerza cada vez que en algún lugar de las Islas Canarias se levanta una bandera de la República Árabe Saharaui Democrática reivindicando nuestro derecho a ser un país soberano que viva en libertad y en paz”.
Por su parte Bazeid Salek agrega que esa solidaridad “contribuye a darnos fuerzas físicas y morales para seguir luchando por nuestras convicciones. Esta postura histórica del pueblo canario es importante para nosotros, y queremos transmitirles que el pueblo saharaui tarde o temprano será independiente y tenderá los puentes para vivir en paz, hermanados y buscando el pleno desarrollo de ambos pueblos. Para ello pedimos a empresarios, intelectuales, estudiantes y fuerzas vivas que sigan apoyándonos”.
*Transcripión de Poemario por un Sahara Libre de la entrevista publicada en el periódico La Opinión. Santa Cruz de Tenerife el 30 de junio de 2009.
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