Fuente: Nubenegra, 13 de marzo de 2014
El Ayuntamiento de Sabadell rindió, el
domingo 9 de marzo de 2014, un homenaje popular a Mariem Hassan, aprovechando
el Día de la Mujer Trabajadora y los 25 años del hermanamiento de la ciudad con
la daira de Argub, campamento de refugiados saharauis de Dajla.
Un acto integrado en un programa en torno a
la mujer que, a lo largo del mes de marzo, incluye desde una cantada de nanas
en una librería a una exposición de fotografías de Mujeres Saharauis, captadas
por el objetivo de Dani Lagarto.
Entre lecturas de textos y manifiestos,
Mariem agradeció, con su cante emocionado y emocionante, los doce años de
estancia que lleva en esta ciudad catalana, en la que por fin pudo reunir a sus
cinco hijos bajo un mismo techo.
Todos los elementos se confabularon para
crear una ambiente espléndido, tanto atmosférico como humano, y que poco a poco
el calor de los saharauis y no saharauis fuera caldeando la plaza del Dr.
Robert, a las puertas mismas de la casa consistorial.
Tras unas cariñosas palabras de
presentación, destacando su trayectoria comprometida y sus valores artísticos,
Mariem abrió fuego interpretando a capella “Sáhara te quiero”, acerca de las
bellezas de su tierra invadida y la añoranza de sus paisajes, al momento,
inaccesibles para ella.
Los asistentes, conocedores del estado
crítico de salud que atraviesa la cantante, contuvieron la respiración durante
los breves minutos que duró el mawal. El aplauso que descargaron inmeditamente
después, no sólo reconocía que Mariem sigue siendo una intérprete sin par de
éste tipo de cantos, sino que la debilidad física de estas últimas semanas no
había hecho mella en su voz, que seguía intensa y firme.
Hace cinco años, Mariem compuso una
canción, recogida en su disco “Shouka”, a modo de conferencia telefónica con su
anciana madre, refugiada desde el 76 en una jaima de la wilaya de Smara. En
“Alu ummi” (Hola mami) Mariem, además de interesarse por su salud le daba
cuenta de sus andanzas por Europa. Ninguna canción mejor para que el domingo se
la cantaran sus hijas ante toda la ciudadanía allí congregada, sin otra
complicidad que la de Vadiya, su amiga fiel.
Hace apenas un año, Mariem fue invitada por
Sebastiâo Antunes a participar en un concierto en el Festival Islámico de
Mértola (Portugal) en el que él hacía un singular recorrido desde su Beira
Baixa natal hasta el desierto del Sáhara. Tras aquella experiencia, la simpatía
y admiración mutua entre ambos artistas no ha dejado de crecer. Sebastiâo,
invidente, en cuanto supo del homenaje, quiso estar en Sabadell, y el mismo
domingo volaba a la 6 de la mañana, rumbo a Barcelona, junto con Luis Peixoto,
músico también portugués, y Manuel Ferreira, presidente de la asociación
portuguesa de Amigos del Sáhara. Con el tiempo justo para llegar a Sabadell,
decir “aquí estamos” y empezar a tocar.
Mariem, desde su silla, recibía muy
contenta todas estas muestras de afecto sincero que no cesaron a lo largo de la
jornada. Y ahí, escuchó a Sebastiâo cantar su canción “Saharawi”, compuesta
hace unos pocos años, cuando una amiga le contó la aventura de los miles de
niños saharauis viajando los veranos a Europa; invitados por familias
solidarias para escapar durante dos meses de los rigores estivales del
desierto.
Fue increíble cómo Sebastiâo levantó a los
saharauis que querían fiesta para dar rienda suelta a sus emociones, algo que
él maneja con tanta habilidad como Mariem. Y con ella, con el mismo grupo que
participó en septiembre en Lisboa en la Festa do Avante, la emprendieron con
“Almalhfa”, la canción que Mariem compuso en respuesta a la agresión sufrida
por ella y Vadiya en Madrid cuando 5 marroquíes las atacaron por el pecado de
vestir la melfa, el vestido tradicional de las mujeres saharauis.
Sebastiâo, intruduce en medio de la canción
unos versos propios aludiendo a libertad y el orgullo de vestir lo que la mujer
quiera, y lo guapas que están las saharauis con las melfas. Me temo que ya va a
ser difícil volver a escuchar esta canción sin recordar la magistral
participación del portugués.
Luego Juan Carlos Sánchez, el alcalde de
Sabadell, le ofreció un ramo de flores, y Khadija Hamdi, ministra de Cultura de
la RASD, venida expresamente desde los campamentos, una alfombra tejida por
mujeres saharauis y una flauta tradicional en recuerdo de Mahfud Aliyen y los
tiempos del grupo El Uali.
La cosa iba a concluir con “Almara”
(mujer). No estaba claro si Mariem podría o no cantarla, pero en cuanto supo
que se trataba de ese tema no se lo quiso perder. Pudo más el corazón de Mariem
que su cabeza. Y, tras ella, el broche final lo puso Khadija, la compañera
desde el principio de la batalla cultural contra la opresión marroquí, con una
poesía escrita para la ocasión.
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