*Fuente: CADENA SER 16/05/2014
Los Saharauis son un Pueblo pequeño, pero
ejemplar. Un Pueblo pacífico, condenado a vivir separado y fuera de su
territorio. Fueron expulsados de su tierra, el Sáhara Occidental en 1975 por la
ocupación violenta e ilegal de Marruecos y Mauritania, con la firma de los
tristemente famosos Acuerdos Tripartitos de Madrid propiciados por España.
Desde entonces, hace 39 años, el Pueblo
Saharaui vive un auténtico drama humanitario, con una parte de su población, la
mayoría, en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia), otra en los
territorios ocupados del Sáhara Occidental (SO), y una tercera en la diáspora.
El ejército español estuvo en contra de esa
entrega vergonzosa del Sáhara a Marruecos, pero fue obligado por el Gobierno
que presidía Arias Navarro y con Franco agonizando, a abandonar el territorio y
a los que consideraban sus hermanos, los saharauis.
Estamos hablando de una antigua colonia
española. Los saharauis tuvieron representación en las Cortes franquistas.
Muchos de ellos tenían la nacionalidad española y conservan, los que no han
muerto, su DNI. Hablan la lengua de Cervantes, todavía hoy les enseñan a los
niños el español en las escuelas del desierto argelino. Es el único pueblo
africano que lo habla.
Cuando Marruecos expulsó a los saharauis a la
fuerza de su territorio, con la complicidad de España, llegó a utilizar napalm,
matando a muchos de ellos. Sí, como en Vietnam.
Hay muchos libros que cuentan esta página
negra de la Historia de España. Algunos escritos por historiadores, otros
escritos por militares, que nunca entendieron aquel desatino, otros escritos
por juristas. Yo me voy a permitir recomendarles unos cuantos.
Por supuesto las nuevas generaciones no
saben nada del Pueblo Saharaui, ni de la responsabilidad histórica, política,
jurídica y moral de nuestro país, al ser la antigua potencia colonial. Lo
fuimos durante casi un siglo. Durante ese tiempo, el llamado” Sáhara español”
tuvo la consideración jurídica de provincia española. Nadie se lo ha enseñado
nunca. Con su bochornosa actuación, que permitió la ocupación del territorio,
España impidió que culminase el proceso de descolonización. A pesar de la
ocupación, ni la ONU, ni ningún país del mundo, reconoce la soberanía de
Marruecos sobre el Sáhara Occidental, al tratarse de un proceso descolonizador
inconcluso. Ya en octubre de 1975, el Tribunal Internacional de Justicia emitió
un informe en ese sentido, reconociendo el derecho del Pueblo Saharaui a la
autodeterminación y a ejercerlo mediante un referéndum libre y democrático. A
pesar de las múltiples resoluciones de NNUU reafirmando ese derecho, Marruecos
bloquea sistemáticamente la celebración del referéndum, vulnerando los
principios del Derecho Internacional y creando una situación de inestabilidad
en toda la zona, que amenaza la seguridad del norte de África y se puede
extender al sur del mediterráneo.
Marruecos ejerce además una represión
continuada y feroz contra los saharauis que no pudieron salir de su territorio
en 1975. Son ciudadanos de segunda en su propio país y objeto permanente de
todo tipo de vejaciones, intimidaciones y maltratos.
Desde hace algunos años existe una enorme
preocupación por la situación de violación de los DERECHOS HUMANOS en el Sáhara
Occidental. Prestigiosas Organizaciones de DDHH, como Amnistía Internacional,
Human Rights Watch, o la Fundación Robert Kennedy de EEUU, lo han denunciado en
numerosas ocasiones. También el relator de la ONU contra la tortura, el Consejo
de Derechos Humanos de la ONU o el Parlamento Europeo en informes ad hoc, han
denunciado y condenado la actuación de Marruecos. Se puede decir sin ambages
que la población saharaui del Sáhara Occidental sufre todo tipo de
vulneraciones en sus derechos políticos, sociales y económicos. Las torturas,
las detenciones arbitrarias e ilegales, los juicios sin garantías procesales,
las condenas injustas y el impedimento de la presencia de observadores de
derechos humanos en el territorio, entre otras atrocidades, están creando un
clima de violencia de imprevisibles consecuencias.
Se puede afirmar, así lo apuntan las pocas
delegaciones de observadores que han conseguido entrar, que el Sáhara
Occidental está militarizado.
Por eso el representante de EEUU en el
Consejo de Seguridad de la ONU pidió en 2013 que la MINURSO, la misión de las
Naciones Unidas para el referéndum del Sáhara Occidental, ampliase sus
competencias para poder ocuparse de la vigilancia de los DDHH.
Hace unos días lo acaba de decir el propio
secretario general de NNUU, Ban Ki Moon, en su informe anual al Consejo de
Seguridad para pedir la prórroga del mandato de la MINURSO un año más. Abril de
2015 parece ser el plazo acordado para avanzar en una solución del conflicto.
Todo parece indicar que las cosas no pueden seguir así. O la Comunidad
Internacional convence a Marruecos de que tiene que mover ficha para salir del
impasse actual, aquí España puede y deber hacer mucho más de lo que acostumbra,
o todo apunta a una reconsideración completa del escenario del conflicto. Si no
se avanzase en un año, se puede volver a una reanudación de las hostilidades,
de imprevisibles consecuencias para toda la zona. Marruecos no dejará otra
salida que la guerra, dos décadas después.
Esto sucede porque el Sáhara Occidental
está incluido en la lista de territorios No Autónomos de NNUU desde1963. Es la
última colonia de África pendiente de descolonización. Cada año cuando la
Asamblea General de NNUU abre el periodo de sesiones, el diferendo del Sáhara
se trata en la IV Comisión de Política Especial y de Descolonización. Para
NNUU, España sigue siendo la potencia administradora del S.O. De ahí sus
responsabilidades, nunca asumidas.
En mayor o menor medida todos los Gobiernos
y Gobernantes de España han hecho dejación de ella y se han limitado, en el
mejor de los casos y no siempre, a apoyar a la ONU en la resolución del
conflicto. El primero que abandonó a los saharauis, rompiendo sus promesas
cuando era príncipe, fue el rey de España.
Para los saharauis es el primer traidor. El
segundo Felipe González, que les traicionó poco después de llegar al poder,
convirtiéndose con el tiempo en incondicional de las tesis marroquíes y en
amigo y valedor del rey.
La posición española siempre ha sido
ambigua, cuando no claramente a favor de la fuerza ocupante, como si Marruecos
tuviera un as escondido en la manga, por el que permanentemente nos pudiera
chantajear.
El papel que nunca ha jugado el Estado lo
juega la sociedad civil, organizada en cientos de Asociaciones solidarias,
coordinadas por CEAS* y centenares de instituciones (Ayuntamientos Cabildos y
Diputaciones) asociadas a FEDISSAH*. Importante es también el papel que juega
la Asociación Internacional de Juristas para el Sáhara Occidental (IAJUWS) .
Existen igualmente Intergrupos Parlamentarios en todas las Comunidades
Autónomas, denominados “Paz y Libertad en el Sáhara”, que el último fin de
semana de abril se reunieron en Mérida (Badajoz) en la XVIII Conferencia de
solidaridad con el Pueblo saharaui y acordaron hacer un llamamiento al Gobierno
de España para que:
- “Exija al Reino de Marruecos el más
escrupuloso respeto a los DDHH en los territorios ocupados del S.O. y el cese
de las vulneraciones de derechos que sufre la población saharaui”.
- “Otorgue un estatus diplomático a la
representación del Frente Polisario en España, como único representante del
Pueblo Saharaui, así reconocido por la ONU”, y
-“Promueva las iniciativas políticas
necesarias, encaminadas a lograr una solución justa y definitiva, en defensa
del legítimo derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación”.
Los más de 40 diputados y diputadas
reunidos, pertenecientes a todas las formaciones políticas con representación
en el Congreso, instaron también a las Instituciones Públicas de España a
continuar e incrementar el apoyo solidario y humanitario a los saharauis, tanto
a la población refugiada en los campamentos de de Tinduf, como a la población
de los territorios ocupados.
Cada año miles de niños y niñas saharauis
pasan sus vacaciones de verano en España en familias de acogida, en lo que se
conoce como el programa de “Vacaciones en Paz”, abandonando por unos días las
condicionesinfrahumanas en las que se les ha condenado a sobrevivir.
Los actos de apoyo al pueblo Saharaui se
repiten a lo largo y ancho de la geografía española. Las mociones de apoyo y
las condenas por la violación de los derechos humanos son el pan nuestro de
cada día en Ayuntamientos y CCAA de toda España y de todo signo político. Es la
única manera de mantener vivo este conflicto, para que no se olvide. De
recordar a los Gobiernos de turno que este problema existe y exige una solución
definitiva, que pasa como ya hemos dicho por el ejercicio del derecho a la
autodeterminación que el Pueblo Saharaui tiene reconocido en múltiples
resoluciones de la O.N.U ,la U.E. y la U.A.
Es cierto que en todas las Organizaciones
Políticas españolas hay militantes sensibilizados con la justa causa del Pueblo
Saharaui, pero son pocos los partidos que abierta y de forma inequívoca se
declaran a favor del Pueblo Saharaui.
Se puede decir que el conflicto del Sáhara
Occidental es la asignatura pendiente de la democracia Española y que la
transición no concluirá hasta que los saharauis no puedan ejercer su derecho a
la autodeterminación.
Antonio López Ortiz, Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario