Venezuela y Uruguay rechazaron una
resolución del Consejo de Seguridad que, en el menor de los casos, sugiere
superficialidad en la respuesta a la crisis creada por Marruecos en la Misión
para el Referendo del Sahara Occidental.
Votada con presión y después de apenas un
encuentro para discutirla entre los 15 miembros del órgano, la iniciativa
presentada por Estados Unidos el miércoles fue adoptada la víspera con 10
países a favor, tres abstenciones (Rusia, Angola y Nueva Zelanda) y la digna
postura de los dos integrantes latinoamericanos del Consejo.
Aunque su condición de miembros no
permanentes, los que carecen del derecho al cuestionado veto, resultó
insuficiente para impedir el avance del texto, Caracas y Montevideo con su
rechazo pusieron en evidencia el poco compromiso de algunas potencias con el
mandato de un órgano claramente subordinado a intereses geopolíticos, siempre
en detrimento de naciones del Sur.
EL CONTEXTO
A principios de marzo, el secretario
general de la ONU, Ban Ki-moon, visitó el Sahara Occidental, un territorio con
medio millón de habitantes ocupado por Marruecos desde 1975, incluido entre los
17 casos en manos del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas.
Tras constatar el sufrimiento y la
desesperanza del pueblo saharaui por décadas de dominación extranjera, Ban
utilizó el término ocupación en el contexto de su intercambio con refugiados y
personas molestas por la inacción de la comunidad internacional.
La reacción de Marruecos fue inmediata, la
cual además de la convocatoria a protestas contra el Secretario General,
incluyó la decisión de expulsar a 73 de los 101 empleados civiles de la Misión
para el Referendo del Sahara Occidental (Minurso) y de recortar su aporte
financiero a la misma.
Esta fuerza de cascos azules quedó activada
en 1991 por el Consejo de Seguridad, en aras de garantizar una consulta para la
autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental, referendo bloqueado desde entonces
por Rabat.
Las medidas del Reino redujeron de manera
significativa el trabajo de la Misión y desataron una crisis con el Secretario
General, quien encontró muy poco apoyo del Consejo en sus pedidos de actuación
para restaurar la plena capacidad de la Minurso de cara al cumplimiento de su
mandato.
Pese a los reclamos de varios países de una
postura firme del órgano de 15 miembros, presidido en abril por China, este se
pronunció en definitiva la víspera con la resolución 2285, un documento
calificado aquí de débil y de alejado de la realidad en el terreno, el empeño
marroquí en mantener la ocupación.
VENEZUELA Y URUGUAY
En su explicación del voto, el embajador
venezolano ante la ONU, Rafael Ramírez, utilizó para explicar lo ocurrido
términos como falta de transparencia y profundamente decepcionante.
Caracas atribuyó su rechazo a la iniciativa
a "razones sustantivas y de procedimiento", que demuestran la
fractura de posiciones a la hora de tratar de resolver la situación generada
por la hostilidad de Marruecos, que por 40 años ha ignorada el derecho del
pueblo saharaui a la autodeterminación.
Ramírez criticó la falta de respaldo del
Consejo de Seguridad al Secretario General y la ausencia de una condena clara a
las maniobras de Rabat.
A su juicio, semejante inacción contrasta
con la rápida disposición a sancionar a países, en su mayoría africanos, en el
órgano dominado por el derecho al veto de Estados Unidos, Francia, Reino Unido,
Rusia y China.
El Consejo no supo anticiparse a la
situación existente, creada por la expulsión del personal civil de la Misión,
cambiando de facto su mandato de desarrollar un referendo derivado del cese del
fuego, advirtió.
Según el representante venezolano, la
consulta que permitió hace 25 años un acuerdo entre el Frente Polisario y el
ocupante para detener las hostilidades, parece cada vez más lejana.
Por su parte, el embajador de Uruguay,
Elbio Rosselli, cuestionó que la resolución aprobada no abordase con la
contundencia requerida un acto "soberano pero unilateral", "que
alteró de inmediato y radicalmente la labor de la Minurso, la cual apenas logra
sostenerse".
Rosselli afirmó que su país recibió con
sorpresa el proyecto de resolución, ante la ausencia de menciones concretas a
"este hecho factual que ha trastocado el funcionamiento de la
Minurso".
Asimismo, consideró poco coherente
prorrogar el mandato de la Misión, sin demandar con fortaleza que la misma
recobre de inmediato su funcionalidad.
El diplomático deploró la imposibilidad de
"romper el blindaje del texto", que no ofrece a la fuerza de cascos
azules las garantías necesarias para cumplir su mandato.
POSTURA DEL FRENTE POLISARIO
De acuerdo con el Frente Polisario, que por
cuatro décadas ha luchado por la independencia saharaui, lo sucedido ayer en el
Consejo de Seguridad manda una clara señal de que las cosas no pueden seguir
como están en el Sahara Occidental.
Miembros de ese órgano manifestaron un
fuerte apoyo al pleno mandato de la Minurso y a una salida que lleve a la
autodeterminación de los saharauis, señaló.
El representante del Frente ante la ONU, Bujari
Ahmed, subrayó que la sesión dejó claro que el actual estatus en el territorio
ocupado resulta inaceptable, y que Marruecos no puede seguir obstruyendo el
referendo para decidir el futuro del Sahara Occidental.
"Los días en los que los miembros del
Consejo de Seguridad metían la cabeza en la arena en el tema del Sahara
Occidental acabaron", sentenció en alusión al voto fracturado, a partir
del rechazo de Venezuela y Uruguay y de las abstenciones de Rusia, Angola y
Nueva Zelanda.
Bujari adelantó que el Frente Polisario
analizará de forma cuidadosa la resolución y decidirá sus próximos pasos.
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